Ya sabemos que las empresas que innovan son las que prevalecen. Si innovan por un tiempo, pero se duermen en los laureles (caso de Nokia), o equivocan su estrategia (caso de Yahoo), el mundo se mueve rápidamente bajo sus pies y quedan fuera de juego. Pero lo que vamos a analizar aquí no es si innovamos o no, sino cómo medir cuán arriesgada o cobarde es nuestra empresa.
Lo que no se puede medir no existe. Si te enfrentas a algo que existe y no puedes medir, lo que ocurre es que no tenemos la suficiente imaginación para idear un método. Con imaginación midió Eratóstenes el radio de la Tierra hacia el 250 a.C. Saber si nuestra organización es innovadora es fácil. Sólo hay que calcular qué porcentaje de ventas corresponde a productos desarrollados en los tres últimos años (plazo dependiendo del sector). Al ser un valor en porcentaje, permite comparar empresas grandes con pequeñas. Esto es una medida del resultado del proceso de innovación. Es decir, nos dice si hemos tenido éxito o no en el mercado: Si no vendemos el nuevo producto, nos hemos dado un trompazo.
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Pero para avanzarnos en el tiempo a ese resultado nos interesará medir aguas arriba del proceso. Frente a medir la aptitud para innovar, ahora se trata de medir la actitud: ¿Somos cobardes o arriesgados como empresa?
Nuestra propuesta es analizar esa actitud desde la Gestión de la Ideas. Podemos establecer mapas de valoración de las ideas clasificándolas según dos criterios:
La combinación de estos dos ejes nos dará cuadrantes que caracterizan los proyectos bajo los siguientes calificativos:
Si nos enfocamos sólo a los proyectos aprobados, filtrando nuestro portfolio de ideas, tendremos un mapa que nos perfilará la actitud de la Gerencia de la empresa a la hora de abordar nuevas iniciativas.
Pero si lo hacemos con todas las ideas (tanto aprobadas como rechazadas o en maduración), a quien estaremos evaluando será a toda la empresa en su conjunto. Quizá sea la mayoría del equipo el que propone ideas cobardes o arriesgadas. Y es sobre este material sobre el que la Gerencia debe decidir.
Empleando soluciones como Calisto de antara esta tarea es muy sencilla, pues es la actividad de maduración de las ideas la que aporta la información necesaria para nuestro análisis, generando datos interesantes como los que vemos en esta captura de pantalla.
En el siguiente gráfico incluyo una captura de la gestión de ideas de antara, de la cual podemos inferir dos cosas: No somos estúpidos, ni especialmente arriesgados. Somos más bien oportunistas a la vez que conservadores (o cobardes, como usted quiera llamarlo).
¿Y luego qué? Tenemos dos acciones complementarias a realizar:
El mundo cambia a toda velocidad y nos puede acorralar. Quizá sea el momento de analizar el recorrido de nuestra empresa, hinchar los globos y arriesgar un poco más, como el protagonista de "Up".
(Up es una película de Pixar estrenada en 2009).
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