Desde niño me he preguntado por qué la novela de Dumas se titulaba "Los Tres Mosqueteros", cuando en realidad eran cuatro, y el último además era el protagonista de la trama.
De la misma forma me pregunto por qué al trío estrella de "Estrategia, Innovación y Operaciones" no se le añade la función de la Inteligencia Competitiva, la cual por otro lado aporta refuerzos significativos –cuando no las orienta directamente - a las otras tres.
La Estrategia y la Innovación deben establecer un estrecho maridaje. Por otro lado, la Innovación, aparte de aportar nuevos métodos y nuevos productos a las Operaciones, puede estar al servicio de un proceso de Innovación Dirigida por el Usuario. Cerrando el círculo, tradicionalmente la Estrategia es el origen del diseño de las Operaciones, el resultado de las cuales confirma la validez de dicha Estrategia.
Hasta aquí todo bien. Pero, ¿dónde está la Inteligencia Competitiva? Pues en el centro, como D'Artagnan en la novela de Dumas, en relación simultánea con toda la trama de la empresa.
Habitualmente tenemos presente que la Inteligencia Competitiva debe aportar contenidos de Vigilancia Tecnológica a los proyectos de Innovación, puesto que la innovación debe tener presente el Estado del Arte, siempre cambiante. Pero además la Inteligencia Competitiva debe dar soporte a las otras funciones clave de la empresa: Estrategia y Operaciones.
Nada más importante para el Área de Ventas que saber qué le interesa a un cliente, qué movimientos realizan los competidores, dónde hay oportunidades y dónde surgen amenazas. Esta es información que puede aportar puntualmente la función de Inteligencia, de forma parcialmente automática si usamos una plataforma con capacidad semántica que entienda nuestro negocio y vigile por nosotros.
Pero además, la Estrategia de la empresa no es más que el camino a un escenario futuro que queremos alcanzar, y la Inteligencia Competitiva se convierte aquí en una herramienta de máximo valor. La Inteligencia Competitiva Semántica nos permite diseñar una serie de hipótesis y recabar información sobre lo que está ocurriendo en el entorno. Así podemos ir reforzando o descartando esos escenarios futuros a los que creemos nos vamos dirigiendo, y rediseñar una Estrategia que realmente sea adaptable a la realidad de un entorno cambiante.
Por lo tanto, tenemos tres funciones principales -Estrategia, Innovación y Operaciones-, y una cuarta -Inteligencia Competitiva- que las refuerza a todas.
Todos para uno, y uno para todos.