La elección de un software de Inteligencia Competitiva es una tarea que se simplifica si seguimos...
¿La Inteligencia Competitiva es un proceso ético?
La práctica de la Inteligencia Competitiva o de la Vigilancia Tecnológica NO es espionaje, y debe conducirse siempre no sólo dentro de la Ley, sino bajo un código ético.
Mucho hemos leído sobre el caso Villarejo y sus actividades con y en contra de empresas cotizadas en el IBEX, y es comprensible que surjan dudas sobre si la Función de Inteligencia en la empresa se rige por la ética. Por supuesto, una de las preguntas del especial de la Cadena SER sobre Inteligencia Competitiva era si la Inteligencia y Vigilancia Tecnológica es un proceso ético.
Una imagen de hace años ha quedado grabada en mi retina: jóvenes vestidos de traje rebuscando entre el papel para reciclar, frente a un edificio de oficinas. ¿Buscaban desesperadamente un documento propio importante, o esperaban encontrar información clave de otra empresa? No sería difícil que la encontrasen: en una reunión en un cliente pedí unos folios para escribir y me dieron folios usados, impresos por una cara, en los cuales había información tan crítica que tuve que devolverlos y llamarles la atención sobre el problema.
A un cliente de un cliente, relacionado con la industria de Defensa, le cambiaron el maletín por otro exactamente igual en el aeropuerto, robándole información muy detallada del producto en fase de diseño. Hoy en día es el ámbito digital donde se mueve el espionaje industrial. Sólo en España, el tercer país más atacado de la Unión, se produjeron en el 2020 una media de 40.000 ataques informáticos al día, lo que supone un incremento del 125% respecto del año anterior. En el entorno empresarial no nos deben preocupar únicamente las amenazas de chantaje o robo de datos, mencionados habitualmente en los medios de comunicación, sino especialmente el espionaje industrial.
Penetrar en los sistemas de otra empresa para conseguir datos técnicos, planos, u otro tipo de información confidencial NO es Vigilancia Tecnológica de empresas. Es espionaje.
Pero en el campo de la ética de la Inteligencia Competitiva y la Vigilancia Tecnológica aparecen los tonos de gris. Imaginemos algunos casos en esa zona entre dos aguas.
Queremos realizar un estudio de mercado, y contratamos una empresa de reclutamiento de talento en altos niveles (headhunters) para entrevistar a gerentes de la competencia, obteniendo datos valiosos de primera mano sobre salarios, expectativas de mercado, etc. ¿Es este un método ético para obtener información de Inteligencia Competitiva?
Todos conocemos la práctica del “mystery shopping”. Está tan extendida que hay empresas dedicadas exclusivamente a ello. ¿Hacerse pasar por cliente sin revelar la identidad y las verdaderas intenciones es ético? Quizá sí si se trata de comprobar los procesos de la tienda de la esquina ¿Pero es ético cuando nos entrevistamos en el ámbito de la inteligencia empresarial?
¿Contrataríamos preferentemente a un candidato que ha pasado previamente por una empresa de la competencia? ¿Sería moralmente aceptable aunque no le presionemos “demasiado” para que nos revele información? ¿Y si no son secretos industriales lo que buscamos?
Pasemos del mundo físico al mundo digital, donde se mueve casi toda la información relevante para la Función de Inteligencia. Descartemos el mundo del hacker: la Inteligencia Competitiva o la Vigilancia Tecnológica no contemplan entrar de forma ilegal en los sistemas de otras organizaciones. Ni tampoco comprar datos en la Web Oculta.
¿Pero qué ocurre si un competidor o un proveedor ha dejado accesible el fichero de sus clientes, lo que les factura, o a quién compra las importaciones y a qué precio? La empresa ha cometido un error. Esa información no es visible para un lector humano de su web, pero es pública para cualquier software. ¿Es ético captar y utilizar esa información?
Demos un paso más allá. ¿Qué ocurre si los empleados de una empresa hablan demasiado en sus redes sociales? Este tema ya lo tratamos en el artículo En tierra hostil (II): Contrainteligencia empresarial, redes sociales y química cerebral. ¿Debemos evitar usar esa información en nuestro beneficio?
Otra área de preocupación sobre la ética de la Inteligencia Competitiva, la Vigilancia Tecnológica o el Scouting Technológico incluye a los consultores y sus potenciales conflictos de intereses en el desempeño de su trabajo. Un problema que hemos tratado en In & Out: El dilema de la externalización de la Inteligencia Competitiva. Muchos consultores se especializan en un sector en particular. Esto tiene sentido, pero incrementa las posibilidades de trabajar para empresas competidoras entre sí. Este enfoque del consultor de "desarrollar un vertical" le obligará a establecer medidas estrictas que contradecirán la lógica de negocio, como nunca compartir los mismos empleados de la consultora con diferentes clientes, o rehacer cada vez trabajo que ya se ha desarrollado previamente.
El profesional de la Inteligencia Competitiva debe mantener siempre su desempeño profesional dentro de la ética.
Para intentar discernir qué es ético y qué no lo es, organizaciones como la SCIP dedican esfuerzo a aconsejar a los profesionales. En concreto, son varias las acciones que se internacionalmente se consideran fuera de la ética de la Función de Inteligencia:
- Tergiversación de la identidad y/o de la intención. Ya sea presentarnos como estudiante, entrevistador para un puesto de trabajo, empresa de investigación de mercados, proveedor o posible socio.
- Soborno.
- Vigilancia encubierta.
- Robo de información.
Los profesionales de la Inteligencia Competitiva pueden sufrir presiones en la propia organización, y las dudas crecen cuando nos movemos en las zonas grises del desempeño de la Función. Por eso es recomendable no encomendar la responsabilidad última de la Función de Inteligencia a un miembro novel del equipo, sino a un puesto “senior” en la compañía.
El director de Inteligencia Competitiva debe tener interiorizada la cultura de la organización y puede trasladar esa cultura al equipo resolviendo esas disyuntivas.
La Función de Inteligencia es otra función del negocio donde la cultura de la organización también es útil. Esa cultura que se refleja en lo que hace la gente cuando el jefe no está.
Credits: Photo by Nathan Dumlao on Unsplash
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